Geografía del mito y la leyenda chilenos

Provincia de Valdivia

 

Los evadidos de Tasmania
(Pág. 268-269)

Un grupo de doce penados se fuga de Tasmania, y después de una penosa odisea, arriban a las costas de Chile. Los presos estaban encargados de construir un bergantín en el puerto de Macquaire. Una vez que éste se hizo a la mar, desembarcan a los soldados que los cuidan, y dueños del barco eligen capitán y las restantes autoridades.

Toman rumbo a América del Sur y viven semanas de penalidades. Después de 43 días de aventuras, desembarcan cerca de Valdivia y se orientan hacia la ciudad. Relatan proezas reales e imaginarias al gobernador y éste les dice que si se portan bien los deja trabajar.

Pasan dos años, algunos forman su hogar en Chile, otros con graves cargos de conciencia, deciden huir a otras tierras. Construyen una embarcación y se dirigen al Perú.

Uno de ellos, bebido, habla más de lo necesario. Sale a relucir la aventura de Tasmania y alguien lleva la declaración al Comandante de la fragata Blonde que se halla fondeada en el Callao. Este marino pide la entrega de los prófugos, estos denuncian a sus compañeros de Valdivia. La Blonde zarpa a Valparaíso. Antes de la llegada a las costas chilenas, un suceso precipita los acontecimientos. Cinco de los ex presidiarios habían ofrecido al Gobernador de Valdivia construir un barco para el Estado, proposición que fue aceptada con el fin principal de darles trabajo. Un día, aterrados al tener la noticia de que la Blonde viajaba hacia Valdivia, los cinco penados, que ya habían terminado su obra, lanzan la embarcación al mar y huyen en ella.

El Gobernador al saber lo ocurrido monta en ira y creyendo que los evadidos podrían estar de acuerdo con los que están en tierra, hace tomar presos a estos cuatro y los remite a Valparaíso a disposición del cónsul británico, quien los entrega al Comandante de la Blonde. Son llevados a Inglaterra y luego a Tasmania. La Corte Suprema de Hobart condena a muerte a tres de ellos.

Y estos hombres, mitad héroes, mitad réprobos, ocupan por años las mentes de los campesinos y poblanos.

A la orilla de los ríos y en los bosques valdivianos se encuentran las figuras y sus posibles aventuras, como se comenta la muerte de los entregados a la justicia.

(Versión de Oreste Plath)

 

 

© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina