Los "puetas" populares

por Oreste Plath

Ellos se llamaban verseros o puetas y sus composiciones tenían por motivo cualquier suceso público, ya sea social, político, económico, patriótico, religioso. Se desenvolvían a lo divino y a lo humano. Se anunciaban:"¡A los versos! ¡Los buenos versos!"

Atiendan, señores míos, voy a contarles:

"¡El ternero con tres cabezas!", "La mula que parió en Chimbarongo!", "¡La transformación de un brujo!", "¡La mujer enterrada viva por el marido!!, "¡El niño de tres años que mató a otro niñito!".

Algunos decían a secas sus versos y otros lo hacían acompañados de guitarra o guitarrón.

Cuando editaban sus versos, pasaban a ser "puetas" imprentados. Y estas eran hojas de papel ordinario impresas en talleres pobres, las que ostentaban oraciones ilustraciones en madera, realizadas por grabadores anónimos.

Estos artistas del pueblo dieron origen a la Lira Popular, que se vendía en las plazas, en los mercados, ferias y trenes.

Entre los vates del pueblo que firmaban sus producciones en estas hojas estaban Bernardino Guajardo, Adolfo Reyes, Rosa Araneda, Daniel Meneses, Hipólito Cordero, Nicasio García, Juan Bautista Peralta.

Mucho se ha escrito sobre los "puetas" populares; entre sus estudiosos están Adolfo Valderrama, Zorobabel Rodríguez, José Toribio Medina, Rodolfo Lenz, Pedro Balmaceda Toro, Pedro Pablo Figueroa, Julio Vicuña Cifuentes, Desiderio Lizana, S. Del Campo, Francisco J. Cavada, Domingo Amunátegui, Alfonso Navarro, Lina Vargas Andrade, Roberto Hernández C., Fr. Pedro Bustos, Antonio Acevedo Hernández, Raúl Silva Castro, Juan Uribe Echevarría, Miguel Jordá, Manuel Dannemann, Raquel Barros, Inés Valenzuela, Diego Muñoz.

El escritor Diego Muñoz organizó el Primer Congreso Nacional de Poetas Populares y Cantores Populares de Chile (1954) y a él se le debe esa joya bibliográfica la "Lira Popular", editada en Alemania en 1968, selección de 15 reproducciones facsimilares de la Colección Lenz, con un ensayo del autor y un proemio de Pablo Neruda.