Origen y folclor de los juegos en Chile
Trompo

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Juego

(Pág. 203-208)

 

 

Juguete de madera dura, por lo general de naranjo, de forma cónica con una cabecita y terminado en una púa de hierro, el cual se enrolla con un cordel para arrojarlo y hacerlo bailar. En el momento que se desenvuelve todo el piolín, el trompo queda girando.

El cordel con que se envuelve el trompo para hacerlo bailar, tiene a través del país diferentes nombres, entre ellos: lienza, huaraca, cachaillo, soga, soguilla, cuerda.

Para cogerlo, se recoge a lo copita, haciendo una pinza con los dedos índice y medio por debajo de su cuerpo; y a lo navaja, dándole con el canto de la mano un golpe y recibiéndolo en la palma.

Se habla de trompo suave sedita, el que se queda dormido en la palma de la mano; y del cucarro, el áspero, que hace un ruido por tener su púa distorsionada, similar en su ritmo, a los golpes del telegrafista cuando emite un mensaje en código morse. Y siguen los galleros, troyeros, paperos.

Entre los juegos están: el gallito, a los simples papes, la troya, círculo que se traza en el suelo para jugar; la palomita, que consiste en empujar una moneda a golpes con la púa del trompo y, mientras éste baila, sacarla afuera de la meta señalada.

El quiño, el quiñar, consiste en herir con la púa del trompo con que se juega, la cabeza de otro que está bailando o que está medio enterrado, esto último se llama quiñar con cama de la choca. Se divide el quiño en bravo y manso. Pierde el que recibe cierto número de púazos o quiñazos del ganador.

En Chile es ñique, cachada, quiñazo, quiño; del quechua quiñini, horadar, agujerear; Colombia, quin; Ecuador, cachada; Perú, quiña, quiñado, quiñadura; Venezuela, quines.

España. cachar.

El trompo después de haber soportado tan dura prueba, queda con las costillas rotas.

Se conocen algunos trompos caracterizados por sus formas como el pahuacha, ancho; y el pinina, pequeño, cónico.

Los abuelos chilenos recuerdan a famosos elaboradores de trompos.

En los actuales tiempos están los de fabricación industrial de hojalata y que bailan, por presión, al son de su propia música.

El trompo se encuentra entre los juegos temporales y siempre en las adivinanzas:

Para bailar me pongo la capa
porque sin capa no puedo bailar,
para bailar me quito la capa
porque con capa no puedo bailar.

Para bailar, yo me pongo la capa;
para bailar, me la vuelvo a sacar;
yo no puedo bailar con la capa,
sin la capa no puedo bailar.

Yo soy un gran bailarín,
para bailar me pongo la capa
y con la capa no puedo bailar,
y cuando bailo me saco la capa
y sin capa no puedo bailar.

No tengo pies ni manos,
bailar es mi destino,
en palma soy llevado
y entretengo a los niños.

No soy hombre ni muchacho,
ni tampoco bebo vino,
cuando me pongo a bailar,
me dicen que estoy borracho.

 

 

Hay otro trompo muy diferente llamado cuspe, el que carece de púa, no es más que un pequeño cono de madera que se hace bailar sobre la punta, es incapaz de perseverar en el baile.

Cuspe es también un trompo pequeño que se hace con el coquito de la palmera.

Frases en relación con el trompo abundan en el habla popular infantil, como éstas: agárrate trompo en l’uña, úsase en trance difícil; ser trompo de niques, ser el blanco de todos los tiros; y muchas sogas para un mismo trompo, varios interesados para un mismo cargo, haber muchos pretendientes a una cosa. Cuspe es una voz quechua chuspi, que quiere decir perinola. Hoy es un americanismo.

En Chile es corriente el dicho como cuspe, que se emplea para señalar al que se mueve con gran rapidez; salir cuspa, es salir muy ligero; cuspar, significa en los juegos de niños, correr a uno para pillarlo y pegarle.

Origen. Según antropólogos, el trompo parece que en un principio formó parte de un instrumento análogo al de uso actual, que se utilizaba para obtener fuego mediante el juego semirrotativo de un eje vertical, que frotaba en una madera horizontal.

Persio Flaco Aulio (34-62 d.j.c.) poeta romano, dijo que en su niñez tuvo mayor afición al trompo que al estudio; es mencionado en los escritos de Catón el mayor (Catón Marco Porcio, 234-147 a.j.c.), político e historiador; alusión al mismo aparece también en Ovidio, Callimuchus, y Virgilio habla de él en la Eneida.

Trompos hechos de barro fueron encontrados en el curso de unas excavaciones realizadas en Troya; otros han sido desenterrados en Pompeya.

Denominación.

Argentina: trompo
Brasil: pião
Colombia: cuspe
Chile: trompo
Guatemala: trompo
Perú: trompo

Alemania: kreisel
España: peón y en la zona oriental de la provincia de Huesca, se le llama galdufras y los jugadores ponen en juego su destreza y realizan demostraciones públicas que constituyen un espectáculo. En Cataluña: baldufa, baralluga, ballaruga.
Estados Unidos: top
Portugal: pião

Existen sellos postales que representan este juego en: Argentina (1983), Brasil (1979), España (1989), Portugal (1989), Suiza (1986) (trompo musical)

Dispersión. Este juego lo practican los niños de América.

Comentario. En Japón, adultos y niños juegan al trompo llevando este aspecto lúdico a un verdadero arte. Después de lanzarlo se lo recoge con la lienza y se lo hace bailar en la palma de las manos, en paletas dobles de una a la otra, en la hoja de un sable hasta terminar bailando en la punta.

El pintor alemán Manfred Bluth en su obra Cuadro familiar, óleo sobre lienzo 1979/80 incorpora en primer plano un trompo musical. El pintor González Ruiz (Pedro Ruiz) (Araudilla 1640 - Madrid 1706), tiene un cuadro jugando al peón (Catedral de Toledo). Este artista está enterrado en el Museo de los Oficios de Florencia, Italia.

El pintor y grabador chileno, Pedro Lobos (1919-1968) incorporó a sus temas el trompo, también el pintor Fernando Morales Jordan (1920) tiene un dibujo humorístico El trompo, 1998

Poetas chilenos se han inspirado en este juguete, como Victoria Contreras Falcón (1908-1944) que escribió Trompo dormido; María Cristina Menares (1914), con Danza del trompo multicolor, incluido en su libro de poemas para los niños Lunita nueva; Homero Arce (1901-1977), en El árbol y otras hojas; y Alejandro Galaz (1905-1938), que escribió Romance de la infancia o Trompo de 7 colores, que ha sido llevado al pentagrama musical y figura en numerosas antologías:

Trompo de siete colores,
sobre el patio de la escuela
donde la tarde esparcía
sonrisas de madreselvas,
donde crecían alegres
cogollos de yerbabuena,
trompo de siete colores,
mi corazón te recuerda.

Bailabas mirando al cielo,
clavada la púa en tierra.

Fingías dormir inmóvil
y dabas y dabas vueltas;
y florecida en ti mismo
danzaba la Primavera,
porque tu cuerpo lucía
pintura de flores nuevas.

Pedazo de alma fragante
de los peumos de mi tierra,
que parecías un huaso
llevando manta chilena;
al son de tu propia música
—bordoneo de vihuela—
cuando te hallabas cucarro
sabías bailar la cueca.

Arcoiris, choapino,
maestro de la pirueta,
elefante diminuto,
caballito de madera;
al huir de nuestras manos
que te ceñían la cuerda,
en la fiesta semejabas
un carrusel de banderas.

Trompo de siete colores,
mi corazón te recuerda,
y en su automóvil de sueños
a contemplarte regresa.

¡Y qué suavidades tiene
la ruta que el alma inventa
para volver a su infancia
que se quedó en una aldea!

 

El poeta Andrés Sabella Gálvez (1912-1989) en su Chile, fértil provincia... cuenta: “Yo tuve un hermoso trompo; un trompo que huía de mi diestra como un pájaro en cuyas alas hubieran volcado su locura todos los vientos.

Era grandote y bizarro. Lo vestían colores vivísimos y podía imitar, perfectamente, a un danzarín que bailase ciego por sus propios sueños...”

 

Bibliografía

Chile, fértil provincia... Andrés Sabella. Edición corregida y aumentada. Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, (2º edic.) 1966

Diccionario de chilenismos. Zorobabel Rodríguez. El Independiente, Santiago de Chile 1973

El árbol y otras hojas. Homero Arce. Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, 1967

Florilegio. Sergio Hernández. Tucumán, Argentina 1934 y Selección del Grupo Literario  Ñuble.

Folklore chileno. Aspectos populares infantiles. Oreste Plath (César Octavio Müller Leiva). Anales de la Universidad de Chile Nº 61 y 62, Santiago de Chile, tercer y cuarto trimestre 1946.

Juegos y diversiones de los chilenos. Oreste Plath (César Octavio Müller Leiva). Boletín de Educación Física de la Universidad de Chile [apartado] Organo del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile. Imp. Cultura. Santiago de Chile 1946

Lunita nueva. María Cristina Menares. Casa Hogar San Pancracio, Santiago de Chile, 1949

Psicología de los juegos infantiles. David Kraiselburd. Librería y Editorial El Ateneo, Buenos Aires, Argentina, 1941

Repertorio folklórico de Chiloé. Galvarino Ampuero. Anales de la Universidad de Chile sumario [separata] de los números 85-86, Año CXI, Editorial Universitaria S.A. Santiago de Chile, primer y segundo trimestre de 1952

Selección de poemas para los niños. Humberto Díaz Casanueva. Departamento de Educación Primaria, Santiago de Chile, agosto 1928

Trompo dormido. Poema. Victoria Contreras Falcón. Valparaíso, Chile, 1938

Trompo de siete colores. Antología de Alejandro Galaz. Ilustre Municipalidad de Casablanca (Chile) Editorial Nascimento 1983

 

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