Folclor del carbón

Los perros

(pág. 33)

Algunos perros (5) solían, también, acompañar diariamente a sus amos al interior. Se echaban cerca de sus ropas y ahuyentaban a los ratones y a los extraños que pudieran acercarse.

A los trabajadores les servían de compañía, para alejar los espíritus.

Prólogo a la primera edición - Caballos al interior de la mina - Los perros - Los ratones - Los canarios - Día del minero - Los chinchorreros - Perreros de los trenes - Pirquinero - Feria y mercado de Lota Bajo - Comida que el minero lleva al turno - Lo que come el minero a la salida del turno - Creencias de buen augurio y mal augurio - La monja de los mineros

 

 


Folclor del carbón

Los ratones

(pág. 33)

Los ratones, a los cuales familiarmente se les llamó laucos, hicieron, en una época, de policía de aseo: terminaban con los desperdicios; por esta razón los bautizaron como sanitarios. También anunciaban los derrumbes y el óxido de carbono. Cuando los ratones abandonaban una galería era señal de peligro, los mineros se daban cuenta y comenzaban a huir (6).

En las largas huelgas, bajaban cuadrillas a alimentar a los guarenes para que no murieran. Cuando esto no acontecía, se comían unos a otros y su multiplicación se demoraba. Andaban a la siga de las migas, de los restos de comida. Otras veces se comían el manche. Pero si lograban salir a la superficie, no veían, estaban acostumbrados a la oscuridad.

El 28 de agosto, día de San Agustín, fue escogido por los mineros para celebrar el día de los ratones. Nadie trabajaba en ese día como un homenaje de gratitud hacia estos habitantes de la mina que, al decir de los mineros, anunciaban la presencia del viento negro, nombre que dan al anhídrido carbónico que, siendo más pesado que el aire, se arrastra por el suelo, afectando primero a los ratones.

El que trabajaba ese día se exponía a serios peligros; los ratones se ensañaban con la ropa del incrédulo.

Se cuenta el caso de un minero que pretendió burlarse de esta creencia, y pudo ver con espanto que durante la noche los ratones habían dado cuenta de sus pantalones acribillándolos de agujeros.

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Folclor del carbón

Los canarios

(pág.34)

Los canarios (7) se usaban para descubrir las zonas peligrosas por la acumulación de gas.

Esta avecita es muy sensible a la presencia de gas en el aire, en especial a la del óxido de carbono, gas derivado de la combustión incompleta del carbón, cuya aparición es peligrosísima después de un incendio o explosión.

El revisador de los laboreos entraba a la mina provisto de una jaula con canarios y, fácilmente, por su excitación, notaba si había alguna deficiencia en la ventilación.

El canario entristecía y podía morir cuando la proporción de gas en el aire aun pasaba inadvertida o no afectaba al minero.

 

 

 

 

 

 

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© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina